Plataforma teatral de dramaturgia y escena
No abrigo odio por nadie
de Mónica Drouilly
Traducción de Bruce Gibbons Fell
El texto a continuación es un extracto de la obra.
No abrigo odio por nadie, está protegida por derecho de autor, inscrita en el Registro de Propiedad Intelectual de Chile.
Cero
Este podría ser el preset de la obra. Suena “Corazón de escarcha” de Héctor Pavez. Ya saben, Corazón de escarcha / se fue de la estancia, fría la mirada, frío el corazón. Así: fría la mirada, frío el corazón. Recordemos: Sólo por mirarla, sólo por quererla, lo echó una mañana / furioso el patrón. Ahí nuestro Escarcha desaparece. Por un tiempo. Desaparece. Porque la gente a veces desaparece. Y luego vuelve. O tal vez no. No todos vuelven. Escarcha vuelve, sí. Escarcha es de los que vuelven. Y vuelve tan adinerado que puede galantear con la hija del patrón. Ya sabemos: se unieron dos almas / y bajo la nieve / cantan al amor. Que ese sea el mood del comienzo de la obra, el mood del ovejero millonario que pudo casarse con la hija del patrón. El mood del que conoce la pobreza y, por lo tanto, está dispuesto a todo para no volver a ella. Estamos listos.
Comencemos.
Uno
Entonces me pongo a escuchar el viento.
Así.
El viento y la nieve que cae.
Esos son mis sonidos favoritos.
Mientras más fuerte golpea el viento,
más me gusta cómo suena.
Hay gente que dice que le gusta
como le acaricia el viento.
Ja.
El viento no acaricia, el viento golpea.
Y cuando golpea es cuando más me gusta.
El crack.
También.
El crack al pisar la escarcha.
Me gusta ese sonido.
Pero no me gusta tanto el frío.
Lo que más me gusta es que lo puedo hacer yo.
Yo decido que la escarcha haga crack.
Yo decido cuándo.
Yo decido cómo.
Esas mañanas heladas salgo con cuidado.
Para no caerme.
Y para pisar las capitas de escarcha que quedan encima del pasto.
Crack. Crick. Crack.
Es un juego.
A veces te encuentras una hoja congelada,
una florcita.
Y a veces es un pajarito.
Un pajarito muerto, congelado en la escarcha,
detenido para siempre
por la misma capita de hielo
que sirve para jugar a hacer crack.
Y bueno,
después está el sonido que queda después de que cae la nieve.
O la falta de sonido.
Como que el mundo se agrandara y después se quedara dormido.
Un silencio absoluto.
El silencio absoluto es una cosa complicada.
Así que pongo la radio.
Me gusta esta canción.
Corazón de escarcha.
Fragilito.
Lo pisan y se quiebra.
Así me imagino yo un corazón de escarcha.
Crack.
Fría la mirada,
frío el corazón...
Crack.
Se interrumpe la canción y suenan los tambores.
Tararará, tararará, tararará, ra, rá.
Tararará, tararará, tararará, ra, rá.
Urgente, el Diario de Cooperativa está llamando.
Y escuchamos lo de las antorchas humanas.
Que en medio de las protestas quemaron a unos chiquillos en Santiago.
Antorchas humanas.
No nos podemos quedar sin hacer nada.
Así que salimos a marchar.
Muchos pueden decir que es un acto de irresponsabilidad.
Pero no nos podemos quedar de brazos cruzados.
Aquí vamos.
Marcha la presidenta.
Marcha la secretaria.
Marcha la tesorera.
Marchan todas las chiquillas.
Salimos todas a la calle. La secretaria soy yo. A mí me toca hacer el acta.
Lo que más trabajamos es el tema de los derechos humanos.
Es lógico que tenemos que hacer nuestro trabajo político contra la dictadura.
Denuncia.
Y manifestación.
Y salimos a la Víctor Domingo Silva.
Tal vez es un error nuestro.
Al principio pensamos que vamos a estar dando vueltas en la plaza.
Decimos todo lo que tenemos que decir.
La plaza está llena de cucas.
Y los ánimos se van acalorando.
Y parece que estamos saliendo de la plaza.
Y algunas se van por una calle sin salida.
Y en las calles sin salida es fácil hacer encerronas.
Y eso hacen.
Encerronas.
Y en la encerrona les pegan a muchas mujeres.
Las golpean muy fuerte.
No nos asustamos.
Las más heridas se repliegan un poco.
Y las que no están heridas se van a hacer una marcha.
Marcha la presidenta.
Marcha la secretaria.
Marcha la tesorera.
Marchan todas las chiquillas.
Y ahí se las llevan detenidas.
Primero algunas al hospital.
Un apaleo grande.
Así mismo lo pongo en el acta,
un APALEO GRANDE.
Y yo me vengo acá a la sede para llamar a la Radio Ventisqueros.
Para que sepan lo que está sucediendo.
A una niña le dan tanto lumazo
más lumazo
más lumazo
más lumazo
que le trizan la pelvis.
Pero no todas van a constatar lesiones.
Y sí, puede haber sido un error nuestro salir a manifestarnos a la plaza.
Pero no nos podemos quedar de brazos cruzados.
Eso conversamos.
Está en el acta.
Y como nunca he sido miedosa, claro que voy a ir a la plaza.
No me detienen a mí ese día.
Una vez me detuvo un carabinero.
El de la quinta de la esquina.
El Sargento Porteño, le decían.
Me detuvo porque salí a comprar
y vi que Carabineros traía unos chicos a la rastra.
Y yo me quedé a mirar porque me impactó.
Y me dice
y usted que está mirando, vieja copuchenta.
Y yo le digo
estoy viendo la injusticia que usted está cometiendo con el niño.
¡Ah!
¡Qué!
La voy a llevar detenida.
Bueno, si usted considera que me tiene que llevar detenida, lléveme,
le dije,
pero es terrible lo que usted está cometiendo.
Tuvo que conseguirse una camioneta,
porque iba a pie,
y me llevó detenida.
Llevó al otro carabinero que andaba con él y a los niños atrás
y yo me fui adelante, con él.
En la comisaría
les vaciaron a los niños las cosas que habían robado.
Qué pena por los niños.
El robo que traían los niños eran unos panes y unas figuritas como de porcelana.
Seguro que esas sí se las robaron.
Qué robo es este,
les dije.
Acá no se viene a gritar, señora.
Después me dejaron ir y me sacaron una multa.
Sí, por obstaculizar la justicia.
¡Obstaculizar la justicia!
¡Obstaculizar la justicia!
Les dije que quería pagar en cárcel y me dijeron
Mire señora, lamentablemente, este delito no se puede pagar en cárcel.
Y si usted quisiera estar detenida, mientras no se pague, no sale nunca.
Tuvimos que juntar y tuvimos que pagar.
Esa fue la vez que me llevaron detenida.
Pero era joven en esa época.
Y como era joven, esas cosas no se notan tanto.
Yo me entero de todo por la radio.
Del Golpe nos enteramos por la radio.
De las estrellas del Festival de Viña.
De los terremotos.
A mí me gusta escuchar radio.
Me gustan las canciones nuevas.
Y salir de la sede a caminar por la ciudad.
No.
No podemos quedarnos de brazos cruzados.
Ya pasé bastante tiempo fuera de la dictadura.
Había hecho una vida normal.
He hecho una vida normal.
Y no es era nada normal lo que estamos viviendo.
Es hora de atravesar el desierto.
No abrigo odio por nadie
Dirección: Antonieta Inostroza Garabito
Asistente de dirección: Beatriz Pino Finlez
Intérprete: Sabrina Porcel
Video y fotografía: Gabriel Gavilán
Diseño de escenografía y gráfica: Rodrigo Pirela
Realizadora: Gloria Hernández
Investigación: Hayley Durán
Dramaturgia: Mónica Drouilly Hurtado
Fotografías: Santamaría Cañas Ingrid